
4. Pero si estoy fuera de casa y tengo que cambiarme…¿?
Si, tienes razón, es todo más sencillo si estás en casa y puedes inmediatamente poner en remojo la compresa pero si no es así, tranqui, es más sencillo de lo que crees.
¿Ves las alitas que tienen las compresas? Pues además de para ajustar la compresa sirven para poder hacer un paquetito con ellas. ¡Plis, plas, plis, plas!.
La sangre se secará, no olerá y en cuanto llegues a casa entonces sí, pones en remojo la compresa.
Y hasta llegar a casa guarda las compresas en bolsas o neceseres transpirables para que sequen bien y no tengan exceso de humedad.